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La tarde del miércoles 16 de julio se congregaron en la alcaldía Gustavo A. Madero de la Ciudad de México más de cien payasos para conmemorar el 45 aniversario del Club Payasos Mexicanos de Circo.
Payasos de todas las edades se reunieron aproximadamente a las 10 de la mañana en la Glorieta de Peralvillo para realizar una marcha y peregrinación hacia la Basílica de Guadalupe, en un ambiente de risas y alegría, pero homenajeando también a compañeros del gremio quienes ya no están, como el conocido Alberto Atayde.
Sin detener la circulación, los contingentes de payasos circularon sobre la Calzada de Guadalupe, familias de payasos y gente que quiso participar del ambiente festivo se juntaron para dar gracias a la Virgen de Guadalupe por el trabajo de todo el año y pedir por una nueva jornada de prosperidad.
Al terminar la movilización, que es la más antigua en su tipo, participaron en la misa de las 14:00 horas, en la que profesaron su fe y rindieron homenaje a todos sus compañeros del gremio fallecidos.
Cabe mencionar que el oficio del payaso mantiene una tradición centenaria con profundas raíces en la cultura popular de la Ciudad de México. Los payasos no solo entretienen; crean vínculos sociales a través del humor y la crítica, convirtiéndose en figuras emblemáticas dentro de las carpas y circos tradicionales de la capital.
Su labor requiere habilidades actorales, improvisación, dominio del lenguaje corporal y un entendimiento agudo del público, lo que transforma cada presentación en un acto único. El vestuario, la caracterización y los chistes conforman una identidad única que resiste el paso del tiempo.
La preservación de los circos en la Ciudad de México enfrenta desafíos por cambios en las regulaciones y los gustos del público. La prohibición de animales y la competencia con nuevas formas de entretenimiento han obligado a los circos a reinventarse, poniendo mayor énfasis en el talento humano y las rutinas de los payasos.
Espacios emblemáticos como el Circo Atayde todavía atraen a familias, pero la supervivencia de estas expresiones culturales depende del apoyo institucional y de la valoración del circo como patrimonio inmaterial. Asociaciones de artistas y promotores culturales trabajan en iniciativas para garantizar la transmisión de los conocimientos y la continuidad de esta forma de arte urbana en las nuevas generaciones.
El Club Payasos Mexicanos de Circo se fundó el día 10 de julio de 1979, en una de sus frecuentes reuniones, organización que poco a poco reunió también a payasos de fiesta y callejeros con el fin de unificar el gremio, aportar al proyecto fuerzas e ideas nuevas.