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En medio del drama clásico y los conflictos familiares de Amanecer, una telenovela producida por Juan Osorio, que combina la tradición del melodrama con tintes contemporáneos, un personaje se ha abierto paso con fuerza propia: Camilo Palacios, interpretado por Nicola Porcella.
Su papel además de encender las redes sociales cada noche, también confirma que el peruano ha dejado de ser una revelación para convertirse en una apuesta firme de la televisión mexicana.
La primera edición del reality show de Televisa La Casa de los Famosos México fue el trampolín que lo llevó a conquistar al público local. Su carisma natural, sumado a la amistad con Wendy Guevara, quien se coronó ganadora del reality, lo colocó en el foco mediático.
Pero ha sido su trabajo en pantalla lo que ha sostenido esa atención, más allá del fenómeno televisivo del encierro.
Desde entonces, Porcella ha sabido canalizar esa popularidad. Pasó del entretenimiento en Qué buena hora, junto a Michelle Vieth, a papeles con mayor carga dramática como en Travesuras de la niña mala y El amor no tiene receta. Su presencia en Amanecer, sin embargo, marca un nuevo punto de inflexión.
Así es el personaje de Nicola Porcella en Amanecer
El personaje de Camilo Palacios, que interpreta actualmente en la telenovela estelar de Las Estrellas, ha sido clave para entender el siguiente nivel en su carrera. Ya no es el influencer simpático ni el galán de redes. Es un actor que está explorando matices.
Camilo es un joven emocionalmente fracturado, atrapado en una vida marcada por el abandono, la adicción y una lealtad dolorosa hacia su abuela Covadonga (Blanca Guerra), a quien ama profundamente, pero también responsabiliza por la desaparición de su gran amor, Karla.
En lugar de ofrecer un personaje plano, Nicola ha optado por mostrar las contradicciones de un hombre que se desmorona y resiste al mismo tiempo. No se victimiza, pero tampoco logra perdonarse ni perdonar.
El vínculo con Alba, su hermana (interpretada por Livia Brito), ofrece un respiro dentro del caos. En esas escenas, Porcella dosifica la vulnerabilidad con humanidad. Y es precisamente en esa ambigüedad emocional donde ha captado la atención del público.
Las redes, acostumbradas a seguirlo por sus frases cómicas o gestos espontáneos, hoy discuten sus escenas dramáticas con igual intensidad.
En Amanecer, Camilo no es el protagonista central, pero su presencia impone. La audiencia conecta con él porque representa a quienes han sido moldeados por el dolor ajeno, pero no se rinden. La relación con Fátima (Vanesa Restrepo) se convierte en el catalizador para buscar una redención que no es sencilla ni inmediata.
La transición de Porcella del entretenimiento al drama ha sido rápida, pero no superficial. Cada nuevo proyecto ha afinado su capacidad para leer al público y adaptarse a personajes más exigentes. A diferencia de otros exparticipantes de realities que se disuelven en papeles efímeros, Nicola ha entendido que permanecer no depende de la fama, sino del oficio.
Lo que muchos comentan hoy sobre su rol en Amanecer no es sólo que sorprende, sino que convence. Y en un medio donde el juicio del espectador es implacable, lograr eso en tan poco tiempo es una hazaña. Nicola Porcella no solo se mantuvo vigente tras La Casa de los Famosos México; la utilizó como plataforma para mostrar que detrás del influencer hay un actor que va por más.